“Las observaciones y vivencias del solitario taciturno son al mismo tiempo más confusas y más intensas que los de la gente sociable; sus pensamientos son más graves, más extraños y nunca exentos de cierto halo de tristeza. Ciertas imágenes e impresiones de las que sería fácil desprenderse con una mirada, una sonrisa o un intercambio de opiniones le preocupan más de lo debido, adquieren profundidad e importancia en su silencio y devienen vivencia, aventura, sentimiento. La soledad engendra lo original, lo audaz e inquietantemente bello: el poema. Pero también engendra lo erróneo, desproporcionado, absurdo e ilícito”.
—La muerte en Venecia, Thomas Mann.
viernes, 28 de febrero de 2025
Reacción
domingo, 24 de noviembre de 2024
Tan solo un poquito
Otro día inundado más,
el sol cae temprano
y golpea sobre la tierra
La escarcha en la hierba
se ve pálida y brilla
como si fuera capaz
de las suelas contra el barro.
Yo no he dejado de correr
desde entonces.
¿Será que estás diciendo
¿De verdad fui yo quien
comenzó aún sabiendo
que perdería?
¿No crees que,
en los momentos
solo querríamos a alguien
que nos entendiera
aunque fuera
tan solo un poquito?
Ni siquiera recuerdo
cómo se sienten
los dedos entrelazados,
he olvidado el tacto y el sonido.
entienden las palabras,
de todos modos?
Pero, mírame ¿no lo ves?
Creo que estoy devolviendo
estoy bien con la violencia
mientras no me hagan hablar.
¿No ves que me he pasado
con la piel levantada?
De todas maneras
hablar mucho
es como no decir nada,
nada en absoluto.
¿Cuántas páginas podrá
llevar ya
nuestro registro de odio?
Si hasta los huesos dislocados
se volvieron a poner en su sitio
de alguna manera,
si las quemaduras, las heridas,
ya no son más que cicatrices
que dan a luz a la piel púrpura.
Si todo estará bien
mientras no alcances mi cara.
Será que el dolor nunca ha cesado,
por eso se siguen
de los cambios de tiempo
incluso en días como estos.
En días como estos,
en los que todo parece
la traducción de una canción
que aún no ha dejado de sonar,
días en los que sigo corriendo,
respirando el frío a través de la tela,
con los ojos explotando
a punto de quebrar.
Apenas puedo ver más allá
de la inundación
que débilmente contengo.
En días como estos,
en los que el vaho
sale a zancadas desde mi boca,
en los que el sol aparece
Al igual que tú
no se cansa de volver,
incluso si hace palidecer la hierba,
incluso si hace brillos innecesarios
en las gotas que dudan
sobre si lanzarse o no
desde el filo de las hojas,
incluso si ni siquiera deja
Y yo sigo corriendo
como si fuera a alcanzar un final,
como si fuera a dejar de dudar,
como si al fin pudiera ser valiente
y gritar basta
y hacerlo posible,
como si no supiera que el final llegará
solo cuando se borren mis pasos,
solo cuando me vaya.
Mientras elija quedarme
solo yo seré culpable,
así que
tan solo un poquito,
solo un poquito en lo que encuentro
la manera de dejarlo
¿de acuerdo?
Aún solo respiro
en cada intento del tiempo
que no llega,
ya después pensaremos
qué hacer con las palabras
que jamás podrán ser dichas
¿me perdonaré entonces
por haberlas llorado
lo suficiente?
No tienes por qué preocuparte.
Siempre he sido tratada
la rara,
la loca,
la enferma,
como a esa chica
a la que le pasa algo en la cabeza.
Yo tampoco soy una víctima
¿comprendes?
Incluso si parece
solo estoy expiando mis pecados.
No creas que soy inocente.
Tampoco tienes que preocuparte.
De todos modos
no es el primero que piensa
que jamás podré dejarlo
¿entiendes?
intentando acabar con todo esto.
He tenido que poner
mi mano contra el sol
para seguir corriendo.
Estoy bien con la violencia.
Estoy bien.
Estoy bien.
Estoy bien.
Ni siquiera creí en ti
desde el principio.
No es necesario hablar.
El sol
aún se deja ver entre los árboles.
sábado, 27 de julio de 2024
Carta a A.
Hola, A.
Ayer descubrí la carta más corta del mundo:
Preocupado por las ventas de su libro, Victor Hugo le envió tan solo una interrogación a su editor (?).
Recibió la respuesta más corta del mundo:
Su editor le hizo saber que las ventas iban bien devolviendo tan solo una exclamación (!).
A., en cartas tan cortas, los dos se entendieron.
Pensé que te habría gustado saberlo:
(a mí me habría gustado decírtelo).
Me recordó a ti, supongo.
Y supongo que tú veías mis ojos de símbolo porque tú también los llevabas:
Porque tú conocías lo inevitable,
porque tú también tenías que esconderte bajo la alfombra.
Por eso me habría gustado contarte lo de Victor Hugo:
porque nunca llegué a decirte que cada vez que me miraste, recibí tu exclamación.
Aún te quiero, A.
Y por si alguna vez no te lo dije: !
También,
tal y como tú fuiste,
te escribe:
A.
A. siempre será la A. de mi Amanecer. Incluso si ya no está en este mundo, perdonad y permitid que continúe siendo tan Anónimo, tan Amigo, tan Aún en el mío.
miércoles, 24 de julio de 2024
Pájaro esquivo
han dejado de caer,
ha sido testigo
de cómo depositaban
no para quienes
Fue aquel día que vi
tus pestañas abiertas,
ventanas puras al primer azul
de la mañana,
el visillo transparentando el aire.
Fue el día que vi
aquel pájaro triste,
Aquel día no oímos el ruido sordo,
no lo oímos venir,
pero vimos el azul abierto
disparando entre las pestañas,
el visillo ondeando
hasta deshacerse en el viento,
el pájaro boqueando
Granos de arena
habían dejado de caer
cuando nos alcanzó
Por qué.
que nos desvanecía.
viernes, 10 de mayo de 2024
Aquellos días azules con María
***
sábado, 23 de septiembre de 2023
Quererte no dolía
martes, 19 de septiembre de 2023
El Amor
sábado, 9 de septiembre de 2023
Austeridades de sal: El silencio de las escamas
IX
El silencio de las escamas
miércoles, 30 de agosto de 2023
Austeridades de sal: El color de las coordenadas
VIII
El color de las coordenadas
Susurrando en paralaje
sobre el mismo cielo
A la misma hora
buscando retar la isotropía
Tus manos cubiertas
de témperas
embarcaban glaucas malvas
carnívoras
y oscilaban rútilas sobre el agua
extendiendo
el polvo cósmico de la galaxia
He oído que navegas
por sus brazos
con un mapa de ilusiones
Que tu azul varía
cuando surcas
la Rosa de los Vientos
Te he visto burlar
las coordenadas de los colores
y la lente de los que te invaden
Y sé que para lo malo
yo también les pertenezco
Te pedí perdón
Intenté robar la luz del sol
Poseerte
Guardar tu espectro
en láminas cúbicas
frías quietas
Y sin darme cuenta
dejé mi huella sobre las sales
Te pedí perdón
Entre escarlatas y esmeraldas
la sal dividía las aguas
con ilusiones ópticas
laminarmente envueltas
Y al cruzar la pasarela
mi sombra era solo una boza
sujeta al círculo del gnomon
que iba camuflándome
en la caja de espejos
posada inversa sobre el agua
En los días de calima
me hablabas con clemencia
Me ofrecías la paz
de todos tus mundos
Y bajo los vientos
de Levante y Poniente
sé que expiabas mis pecados
con la espuma
Donde nada importa
todo tiene gran valor
En esta calma
la soledad no duele
el silencio no duele
nada es especial ni es parte
ni olvidado
En esta calma
solo Gran Mago
crea
el atlas de los colores
lunes, 28 de agosto de 2023
Austeridades de sal
sábado, 12 de junio de 2021
La esperanza mínima
miércoles, 16 de diciembre de 2020
De una fotografía a su fotógrafo*
Jamás veré la lluvia sino sus gotas,
el cuarzo blanco que hecho fragmentos
se suspende en el aire para siempre.
Nunca el olor de la humedad ni el ruido
que al paliar la sed de las raíces
va lamiendo en espiral la enredadera,
ni siquiera el tacto acuoso si resbala
y ve nacer la verde hojilla,
el musgo en prado entre las grietas.
Y si unida a ti yo solo existo,
si unida a ti yo soy tan hombre
como el revés del hombre que me observa,
entonces soy el panteón y el niño,
la fiera, el ángel, y niebla y guerra.
Pues al ser de ti sin conocer tu historia,
en vida estoy sin alcanzar la vida,
y mi inmortal retrato refleja siempre
no el efusivo indicio de tu recuerdo,
sino el cortado esqueje de la memoria.
*Poema incluido en el proyecto Constelaciones: Cassiopeia.
lunes, 26 de agosto de 2019
Quisiera que fuera fácil
Si fuera tan fácil de entender
como que muere el agua en la sed
o se adivina el viento por el árbol,
dejar aquí este sentimiento
para que lo tocaras
y hacerlo así tan claro y simple
como el vapor de agua
que se evidencia
al condensar su esencia en el espejo.
Si fuera fácil de entender,
créeme,
quisiera
para escribir palabras
sobre las crestas de las olas,
volver al pasado en mis manos
y llamar milagro
al recuerdo dactilar de tu nombre.
Y sin embargo,
me estoy mirando
desde el estrato
de una fotografía antigua:
Mi seguridad se fue
por una puerta trasera que no conozco
y he perdido
el ciudadano andar de las palomas:
Si alguien quisiera alimentarme,
tendría que decírmelo.
Y quisiera
ser traslúcida como la hojilla
que nieva en copos en fruto
de cereal abierto,
quisiera
ser tan clara como la luz que llueve
para irisar las alas de las polillas,
y dejarte ver que las nubes
nunca son lo que parecen,
por más que despunten
entre cian y blanco
la anatomía volátil de sus figuras.
Y sin embargo,
sé que mi inseguridad es esponjosa,
que es un polietileno lleno de burbujas,
por dentro de mi escafandra.
Y sé
que al igual que puedes oír mi piel a rastras
un segundo antes de romperse,
defenderán su hogar estos silencios.
Por eso,