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“Las observaciones y vivencias del solitario taciturno son al mismo tiempo más confusas y más intensas que los de la gente sociable; sus pensamientos son más graves, más extraños y nunca exentos de cierto halo de tristeza. Ciertas imágenes e impresiones de las que sería fácil desprenderse con una mirada, una sonrisa o un intercambio de opiniones le preocupan más de lo debido, adquieren profundidad e importancia en su silencio y devienen vivencia, aventura, sentimiento. La soledad engendra lo original, lo audaz e inquietantemente bello: el poema. Pero también engendra lo erróneo, desproporcionado, absurdo e ilícito”.
—La muerte en Venecia, Thomas Mann.
viernes, 10 de mayo de 2024
Aquellos días azules con María
sábado, 23 de septiembre de 2023
Quererte no dolía
martes, 19 de septiembre de 2023
El Amor
sábado, 9 de septiembre de 2023
Austeridades de sal: El silencio de las escamas
IX
El silencio de las escamas
miércoles, 30 de agosto de 2023
Austeridades de sal: El color de las coordenadas
VIII
El color de las coordenadas
Susurrando en paralaje
sobre el mismo cielo
A la misma hora
buscando retar la isotropía
Tus manos cubiertas
de témperas
embarcaban glaucas malvas
carnívoras
y oscilaban rútilas sobre el agua
extendiendo
el polvo cósmico de la galaxia
He oído que navegas
por sus brazos
con un mapa de ilusiones
Que tu azul varía
cuando surcas
la Rosa de los Vientos
Te he visto burlar
las coordenadas de los colores
y la lente de los que te invaden
Y sé que para lo malo
yo también les pertenezco
Te pedí perdón
Intenté robar la luz del sol
Poseerte
Guardar tu espectro
en láminas cúbicas
frías quietas
Y sin darme cuenta
dejé mi huella sobre las sales
Te pedí perdón
Entre escarlatas y esmeraldas
la sal dividía las aguas
con ilusiones ópticas
laminarmente envueltas
Y al cruzar la pasarela
mi sombra era solo una boza
sujeta al círculo del gnomon
que iba camuflándome
en la caja de espejos
posada inversa sobre el agua
En los días de calima
me hablabas con clemencia
Me ofrecías la paz
de todos tus mundos
Y bajo los vientos
de Levante y Poniente
sé que expiabas mis pecados
con la espuma
Donde nada importa
todo tiene gran valor
En esta calma
la soledad no duele
el silencio no duele
nada es especial ni es parte
ni olvidado
En esta calma
solo Gran Mago
crea
el atlas de los colores
lunes, 28 de agosto de 2023
Austeridades de sal
sábado, 12 de junio de 2021
La esperanza mínima
miércoles, 16 de diciembre de 2020
De una fotografía a su fotógrafo*
Jamás veré la lluvia sino sus gotas,
el cuarzo blanco que hecho fragmentos
se suspende en el aire para siempre.
Nunca el olor de la humedad ni el ruido
que al paliar la sed de las raíces
va lamiendo en espiral la enredadera,
ni siquiera el tacto acuoso si resbala
y ve nacer la verde hojilla,
el musgo en prado entre las grietas.
Y si unida a ti yo solo existo,
si unida a ti yo soy tan hombre
como el revés del hombre que me observa,
entonces soy el panteón y el niño,
la fiera, el ángel, y niebla y guerra.
Pues al ser de ti sin conocer tu historia,
en vida estoy sin alcanzar la vida,
y mi inmortal retrato refleja siempre
no el efusivo indicio de tu recuerdo,
sino el cortado esqueje de la memoria.
*Poema incluido en el proyecto Constelaciones: Cassiopeia.
lunes, 26 de agosto de 2019
Quisiera que fuera fácil
Si fuera tan fácil de entender
como que muere el agua en la sed
o se adivina el viento por el árbol,
dejar aquí este sentimiento
para que lo tocaras
y hacerlo así tan claro y simple
como el vapor de agua
que se evidencia
al condensar su esencia en el espejo.
Si fuera fácil de entender,
créeme,
quisiera
para escribir palabras
sobre las crestas de las olas,
volver al pasado en mis manos
y llamar milagro
al recuerdo dactilar de tu nombre.
Y sin embargo,
me estoy mirando
desde el estrato
de una fotografía antigua:
Mi seguridad se fue
por una puerta trasera que no conozco
y he perdido
el ciudadano andar de las palomas:
Si alguien quisiera alimentarme,
tendría que decírmelo.
Y quisiera
ser traslúcida como la hojilla
que nieva en copos en fruto
de cereal abierto,
quisiera
ser tan clara como la luz que llueve
para irisar las alas de las polillas,
y dejarte ver que las nubes
nunca son lo que parecen,
por más que despunten
entre cian y blanco
la anatomía volátil de sus figuras.
Y sin embargo,
sé que mi inseguridad es esponjosa,
que es un polietileno lleno de burbujas,
por dentro de mi escafandra.
Y sé
que al igual que puedes oír mi piel a rastras
un segundo antes de romperse,
defenderán su hogar estos silencios.
Por eso,
jueves, 10 de enero de 2019
La mudanza
viernes, 20 de julio de 2018
La rutina de la ausencia
Y qué nostalgia aquel terreno.
corriendo en chanclas
y nadie quiso molestarlas.
Así posaré esta última lágrima
Seré animal, aprenderé
y ya no recuerda el alimento.
Porque esos tiempos de niñez
que parecieron volver
sonríen como uvas secas
El niño que no halló hogar
y se hizo alcoba de mi vientre,
no lo aborto.
Podré esconder bajo la ropa
Pues cuánta pena aquellos vivos
que nunca hicieron de sí mismos,
Y qué vértigo el hormigueo
en los finales de la tierra,
porque un día cesan las preguntas
y ya no se necesitan.
mientras corría hacia la hierba.
de la ausencia.
miércoles, 21 de febrero de 2018
Aerodinámica
mis ojos que fugan
en poliédrico aura.
Esfumo mis ojos al cielo
por si pudiera el cielo
colorear el grito.
Exhalo el sonido
por si lo ampara,
por si llena mi aliento
de transparencias,
si pone en mi voz
las nubes
donde infiriera
esta mirada muda
por el tacto.