Nos está creciendo un bosque
entre los dedos:
Huele la tierra que nos cubrirá el rostro,
como hormigas rojas devorando
nuestros ojos midriáticos de culpa.
Inunda el bosque y su maleza:
Vamos a quedarnos quietos
y arrasados por la hierba.
Aquí, en el contingente de lagartos.
Aquí, donde la rabia nace
para anegarse en nuestras bocas.
No podemos frenar el bosque:
aprenderé entonces del entierro.
Así que entended por qué este aliento,
a qué este bosque:
Que a nadie importará que la tierra
nos esté cubriendo el rostro.
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